domingo, 24 de julio de 2016

HÉROES ANÓNIMOS


 

En conjunto con el equipo de PAR-EXPLORA durante la semana del 18 de Julio llevamos la magia de los cuentos a diferentes rincones de la Región de los Lagos. Sectores que en general por distancia quedan bastante aislados como la comuna de San Juan de la Costa.  Teniendo en cuenta la escasa cantidad de habitantes y que estos viven más bien desparramados  muchas veces no se realizan eventos culturales por considerarlos poco masivos. La realidad que me tocó ver estos días me ha conmovido hasta los huesos, porque es en estas situaciones en qué más se nota la falta de recursos destinados a mejorar la calidad de vida de las personas.  El tener acceso a actividades que les permitan ampliar sus horizontes es imprescindible para el alma, pues la cultura no se trata sólo de un espectáculo, sino de tener en cuenta la verdadera esencia del ser humano. Es indignante ver como los recursos van a parar a los bolsillos de personajes sin vergüenza que han prometido trabajar por quienes representan, mientras la escases en estos  lugares es evidente. Es así que cuando en el momento menos adecuado la camioneta municipal se echa a perder, la comunidad entera se moviliza para que los pequeños de un jardín infantil acudan a escuchar los cuentos. Los marinos del sector se ofrecieron amablemente a transportarlos y gracias a ellos pudimos llevar la actividad adelante. También hay que mencionar el espíritu de las educadoras que en ningún momento se rindieron a la inercia y pusieron todo de su parte para que los pequeños pudieran participar. Los héroes anónimos cobran fuerza y sin ellos la vida sería mucho más difícil e inhóspita. En Río Negro vi  como un equipo entero de trabajo que no tenía nada que ver con la organización, frente a la negligente organización de una compañera de trabajo se movilizaron y me ayudaron a que fuera posible hacer  la presentación en  una sede social de una población. Allí unos chicos nos salieron al encuentro y en menos que canta un gallo volvieron acompañados de un choclón de chiquillos ávidos por saber  y aprender cosas nuevas. Es por eso que esta columna está dedicada a todos los héroes anónimos que hacen posible con cada grano de arena que este país siga creciendo. En San Pablo y  Cochamó gracias a todos quienes vencieron la inercia contra la lluvia y visitaron esa linda y acogedora biblioteca. Tanto padres y niños gozaron de la experiencia y cada uno de nosotros terminó con el alma colmada de bendiciones. Sí porque no hay mayor satisfacción que cumplir con la tarea a pesar de las inclemencias junto a personas que verdaderamente se preocupan de los demás. ¡Gracias!

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